En Almería se extrajo cobre ya desde la época de Los Millares (edad del cobre, hace unos 4000 años). En aquella época se desarrolló una incipiente metalurgia, llegando a producirse bronce por la aleación del cobre con el arsénico naturalmente presente en los algunos minerales (como la conicalcita, un arseniato de cobre).
Conicalcita
En el poblado de Los Millares se han excavado los restos de una instalación metalúrgica, con un horno circular, cuya huella puede aún apreciarse en el centro de una estancia junto a la que se encontraron, además, escorias de fundición:
Muchos minerales de cobre tienen llamativos colores verdes (como la malaquita) o azules (como la azurita).
Malaquita en una mina de la Sierra de Gádor Azurita en la Cueva de la Paloma de Bayarque
Las Cocotas
Durante los siglos XIX y XX se desarrolló alguna actividad extractiva de este metal, y aunque en muchos casos la metalurgia del mismo no se llevó a cabo en Almería, en algunos sí se hizo, como en las minas de Las Cocotas, en Tíjola. Una larga tolva recogía el mineral extraído para llevarlo a la cercana fundición, de la que apenas quedan las paredes y los restos de lo que en su día fue una chimenea.
Tolva de las minas de Las Cocotas Restos de la fundición de las Cocotas, hoy reconvertida en almacén agrícola Lo que queda de la chimenea de la fundición de Las Cocotas
Fiñana
En el Barranco del Gallo, en Fiñana, aún pueden observarse labores mineras y los restos de una fundición, que es muy posible que fuera de cobre:
Vista general de las instalaciones
Extracción
De la explotación aún se observan algunos pozos, así como el filón vaciado, cuyas labores asoman al exterior en varios puntos, y también un curioso malacate de forma octogonal.
Pozo Labores de vaciado del filón, asomando al exterior Malacate
Fundición
De la fundición quedan los restos de varios hornos, así como una pequeña chimenea y un escorial
La chimenea, por encima de los hornos Restos de los hornos Restos de los hornos Ladrillo refractario con restos de fundición adheridos
Santa Constanza
Al menos parte del cobre que se extrajo en Almería se benefició en la fundición de Santa Constanza, en Jérez del Marquesado, ya en la provincia de Granada. En estas instalaciones también se extrajo mineral de cobre, en su mayoría calcopirita. Aquí, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX se explotaron varios filones. El pozo maestro se llamaba Josefina, y, con algo más de 100 metros de profundidad, daba acceso a siete niveles de galerías. Aún se conserva su castillete metálico:
Después de molerlo, el mineral se lavaba en seis celdas de flotación, que se situaban en el edificio que se ve en primer plano, justo sobre la fundición. De esta última se aprecia una de las chimeneas que expulsaban los humos del hogar, así como la escombrera, a su derecha. En el extremo inferior derecho, en primer plano, se aprecia la galería que llevaba los humos de fundición hasta una chimenea más apartada:
En la fundición el mineral se sometía a un proceso de tostación (sin llegar a fundir, para oxidar la mena). El producto que salía de este horno (la mata) se llevaba a otro horno donde se fundía para obtener el cobre:
Los humos de fundición, sobre todo aquéllos del horno de tostación, eran bastante tóxicos. Por eso se llevaban, mediante una galería, hasta una chimenea más alejada:
Esta chimenea tiene el tiro dividido en cuatro partes, de manera que, independientemente del viento que soplara, los humos se evacuaran correctamente:
En la fundición se aprecian las ruinas de diversos edificios, como talleres, transformador, viviendas de los mineros, e incluso una pequeña capilla:
LA PLATA
Normalmente la plata se ha obtenido junto con el plomo, cuando la galena iba acompañada de este noble metal (galena argentífera). Mediante un proceso conocido como copelación se separaban ambos metales.
Sin embargo, hubo también minas de plata. Por ejemplo, en los años 1850, en Herrerías, se encontró plata nativa. Durante unos 10 años se extrajo gran cantidad de este metal. En Los Baños de Sierra Alhamilla también se extrajo plata de la mina Casualidad.
Interior de la mina Casualidad, en Los Baños de Sierra Alhamilla
EL ZINC
En Almería el zinc se extrajo generalmente junto con el plomo y la plata, tanto en la Sierra de Gádor como en la Sierra del Cabo de Gata.
A la mena de zinc se le solía dar el nombre de calamina; el mineral de zinc más común en Almería es la hemimorfita.
Posiblemente la fundición de zinc más importante de la Sierra de Gádor fuera la de los Pajarillos, en Alcolea. Estuvo en funcionamiento desde mediados del siglo XIX hasta los años 20 del siglo pasado. Sus restos, cubiertos de pinos, nos traen a la memoria esos templos hindúes o mayas devorados por la selva, aunque en este caso la selva no sean sino pinos de repoblación. A su alrededor se encuentran las minas de donde se extraía el mineral de zinc, de las que se conserva un malacate en un bastante aceptable estado.
No sólo aquí se extrajo zinc en la Sierra de Gádor. También se hizo en Las Minicas, y este horno, en Enix, parece que también fue utilizado para la obtención de este metal:
Por último, en esta imagen, lo que queda de la fundición Santa Bárbara, en la sierra del Cabo de Gata, en la que también se obtuvo zinc:
EL MERCURIO
La mena más común de mercurio es el cinabrio, un mineral rojizo, que suele presentarse de forma pulverulenta.
Cinabrio
Valle del Azogue
Con este elocuente nombre (al mercurio también se le llama azogue) se conoce al lugar donde, a finales del siglo XIX, se extrajo mercurio en las proximidades de San Juan de los Terreros (Pulpí). De esta actividad dan testimonio numerosas escombreras:
Valle del Azogue, en las proximidades de San Juan de los Terreros
También quedan, como mudo testigo de aquella actividad, las ruinas de lo que fue una batería de hornos para la obtención del metal a partir del cinabrio.
Ruinas de los hornos de mercurio
Allí el mineral se calentaba a temperaturas no demasiado elevadas (del orden de 300°C). A esta temperatura el mercurio se evapora. Estos vapores eran enfriados posteriormente, de manera que el metal se licuaba y se recolectaba (el mercurio es líquido a temperatura ambiente)
Horno para la obtención de mercurio
Los humos de combustión se llevaban, mediante una galería de condensación, hasta una chimenea (ya desaparecida) en lo alto de un cerro. En la imagen se pueden ver los restos de la galería que recogía los humos de todos los hornos, y de la que los subía hasta la chimenea:
Bayarque
En una época posterior, en las décadas de 1960 y 1970, se extrajo cinabrio de la mina San José, en Bayarque:
Lo que queda de la mina es una galería con una marcada inclinación, por la que se sacaba el mineral mediante un plano inclinado. Un derrumbe impide actualmente el paso hasta las zonas de extracción.
En el exterior aún se observa la bancada sobre la que se situaba la maquinaria del plano inclinado, que tiraba de las vagonetas cargadas de mineral:
Aún se observan los restos de los hornos donde se calentaba el mineral para extraer el mercurio, rodeados de una gran escombrera:
EL MANGANESO
El manganeso es un metal muy utilizado en aleaciones, principalmente con acero, y también con aluminio.
Las menas de manganeso suelen ser los óxidos del metal, de color negro. Algunos de ellos forman dendritas, como en la segunda imagen:
A finales del siglo XIX se extrajo manganeso en el barranco del Garbanzal, en la Boca de los Frailes, aunque con escaso éxito económico. En primer término se observa una escombrera bajo una bocamina, y al fondo, la cortijada de la Boca de los Frailes. En la segunda imagen, galería de la escombrera:
Desde la cima del Cerro de los Limones, el que cierra el barranco del Garbanzal por el sur, las vistas son espectaculares:
No muy lejos de allí, en las proximidades de Fernán Pérez, se encuentran también labores de extracción de manganeso. Datan de principios del siglo XX, y se encuentran en el cerro de la Tórtola:
Las mineralizaciones de manganeso (óxidos), de color negro, asoman entre los huecos de la roca encajante:
Llave mineralizada, dejada ahí para evitar el colapso del techo