En la década de 1.970 la empresa "Minas de Almagrera" decidió explotar antiguas minas de plomo de la Sierra de Gádor. Las nuevas técnicas permitían extraer el metal de forma mucho más eficiente. Se reabrieron viejas minas, y, además, se aprovechó el mineral que quedaba en las escombreras de antaño.
A casi 2.000 metros de altura, y rodeado de numerosos pozos abandonados del siglo XIX, en el pozo Lupión se instaló un moderno castillete, del que sólo quedan restos. De ahí partían raíles para las vagonetas de mineral que salían de la mina.
Junto a él se encontraba el transformador que proporcionaba la electricidad necesaria para subir y bajar la jaula del pozo.
No muy lejos, y a una cota algo menor, en la mina Berja se abrieron grandes galerías que permitían el paso de maquinaria pesada y camiones para la extracción del mineral.
No muy lejos de allí, en las minas de Martos, el tamaño de las galerías también permitía la circulación de camiones por su interior:
El mineral se llevaba hasta un lavadero, en el que se separaba la mena de la ganga. En las siguientes imágenes aparece el lavadero de El Segundo:
El mineral llegaba aquí en camiones, que, tras pesarlo en la báscula:
lo descargaban en una enorme tolva:
Luego pasaba por los molinos, donde se trituraba. En la imagen, restos de una batería de molinos:
Una vez molido, se separaba la mena de la ganga mediante métodos gravimétricos (en mesas vibratorias, con la ayuda de una corriente de agua). Los estériles, que no contenían mena, se acumularon en una gran escombrera:
Posteriormente el mineral volvía a triturarse, a un tamaño mucho más fino, y se introducía en tanques de concentración, para eliminar parte del agua:
De aquí el mineral pasaba a las celdas de flotación, donde se llevaba a cabo la separación definitiva de mena y ganga. De estas celdas salían, por un lado, el mineral de plomo, que se llevaba a fundición, y, por otro, lodos de estériles, como los de esta escombrera del cercano lavadero de las Minas de Martos:
No tardaron en extraer también otro mineral hasta entonces considerado ganga, la fluorita, tanto de las escombreras como de las propias minas.
Aún quedan numerosas instalaciones, ya ruinosas, como este edificio de almacén, cocheras y talleres de las Minas de Almagrera:
En este edificio queda incluso una pizarra en la que se conservan las últimas anotaciones de los viajes que los camiones daban a las distintas minas. Se aprecia la fecha (19 de julio de 1.982), y los nombres de las minas:
También hay restos de las instalaciones eléctricas:
DPTO. DE TECNOLOGÍA - I.E.S. EL PARADOR