Se conservan en Almería restos interesantes de molinos y almazaras. Los primeros, accionados por el agua o por el viento, se utilizaban para convertir en harina los granos de cereal. Los molinos de las almazaras solían ser de sangre, es decir, accionados por caballerías.
Posiblemente el molino mejor conservado de Almería sea el del cortijo del Marchal, en el paraje de la Matanza, en Níjar. Aún conserva el mecanismo de funcionamiento: la turbina, la compuerta de paso de agua, y la rueda de molino:
Molinos de Gérgal
Molinos de Huebro
Molinos de viento
También fueron comunes los molinos de viento, como éste del Collado de los Genoveses, que conserva su mecanismo:
Almazaras
Quizás uno de los restos de almazara mejor conservado sea ésta situada en la Rambla Carmona, en Aulago:
En el patio de recepción se conservan las divisiones que permitían que cada propietario depositase sus aceitunas separadas de las demás:
En el interior del edificio encontramos los restos del molino de sangre y la prensa: